domingo, 26 de diciembre de 2010

Hoja en blanco

Cruzo Principe de Gales y un bocinazo me saca del ensimismamiento. Giro el cuello y veo un Vitara pasar hecho una goma hacia el poniente. Me rio.

Me siento despierto, sin sueño; extraño considerando la agotadora semana que habia terminado. Corro hacia el Parque Intercomunal. Veo la antigua casa de Jota y me siento en la cuneta a rolar otro tabaco. Un perro se acerca y me mira con la cabeza ladeada. Yo ladeo la cabeza y se va. Me da pena.

Arcade Fire en el mp3. Me paro y comienzo a medio caminar medio saltar de vuelta a mi casa, cantando a todo chancho. Una señora regando su antejardin ve todo el show y me mira feo. Me cohibo un poco y me da lata pensar que la señora en vola piensa que soy un piante.

Llego a Simon Gonzalez y sigo de largo: no quiero entrar a mi casa todavia. Hago un rodeo por Jose Zapiola y llego a Pintor Laureano Guevara. Hay trozos de botellas de vidrio en la vereda. Llego a mi casa y me acuesto.

No es que me guste Santiago a las 7 AM pero hay algo magnetico en recorrer su calles cuasi vacias a media luz. En cierto sentido, se parece a mi: es un cumulo de infinitas posibilidades desperdiciadas.

2 comentarios:

  1. cada vez que abrimos los ojos
    debemos darnos cuenta que nunca mas mas
    se repetira quella mirada.

    no importa ser piante, eso es un pensamiento represor.

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  2. entonces, no las desperdicies querido amigo, tomalas, caminalas, equivocate más... que no hay nada peor q no haber hecho las cosas por miedo a equivocarse, por q a alguien no le paresca correcto, y mucho menos porque da paja.

    un abrazo
    Turry

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